Las cosas buenas ya están pasando


Solemos creer que vivimos en un mundo injusto, insolidario, dominado por el interés por lo propio y el desinterés por lo ajeno, donde el ser y el deber ser están irremediablemente separados. Su coincidencia impensable se coloca, en el mejor de los casos, o bien en un pasado perdido o bien en un futuro por venir, cuando no se declara simplemente imposible. Tradicionalismo, revolución, desesperación, pero también indiferencia. Ahora bien, en todos estos casos lo que se niega es lo mismo: que lo justo y lo bueno estén sucediendo aquí y ahora, en el seno de lo injusto y de lo malo. Y sin embargo, el presente alberga a los dos, a la sombra y a la luz, ése es su asombroso regalo. No se trata por tanto de buscar lo justo y lo bueno en un pasado del que sólo hay recuerdos, o en un futuro del que su espera apenas trae noticia alguna. Ni añoranza ni espera. Se trata de ver cómo, dónde, en quién está ya sucediendo y naciendo para así descubrirlo, cuidarlo y hacerlo crecer. Ahora.

Ésa es la buena noticia: las cosas buenas ya están pasando.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Pero, por desgracia, muchas veces cerramos los ojos ante esas cosas. Es necesario un despertar colectivo.

Entradas populares

En qué consiste un problema filosófico.

Uno más uno no siempre son dos.

Adivinanza en la ferretería.