Orientaciones prácticas para una discusión filosófica

Las siguientes orientaciones pueden facilitar el desarrollo de una discusión filosófica en un aula, un centro cultural o un café filosófico (adaptadas de La filosofía en el aula y Enseñar filosofía hoy (de Lipman y VV. AA respectivamente) ) .

1. Ayudar a quien tiene dificultades de expresión utilizando frases como las siguientes:
  • Parece que estás diciendo...
  • Corrígeme si me equivoco, pero ¿no es esto lo que quieres decir?
  • ¿Ayudaría si expreso lo que dijiste de este modo...?
2. Animar al participante a que explique su punto de vista indagando en su sentido con frases como:
  • ¿Qué puntos de los que has mencionado consideras más importantes?¿Por qué?
  •  ¿Podrías hacernos un resumen breve de lo que estás expresando?
  • Esto es lo que parece más relevante que has dicho, ¿estoy en lo cierto?
3. Ayudar a inferir lo que se está sugiriendo y sus posibles consecuencias:
  •  De lo que estás diciendo parece seguirse lógicamente que...
  • ¿Estás sugiriendo que ...?
  • ¿Estarías en desacuerdo con la siguiente interpretación de lo que dijiste?
4. Buscar la coherencia de las intervenciones cuando se pierde, bien porque a una palabra se le están atribuyendo significados distintos en un mismo contexto o porque lo ahora expuesto no se sigue de lo dicho antes:
  •  Poco antes, cuando usaste la palabra "..." ¿no la usaste en un sentido diferente del que usas ahora?
  • Para aclarar este punto, ¿no sería coherente añadir que ...?
5. Pedir una definición cuando los términos utilizados provocan más confusión que claridad:
  • ¿Podrías definir la palabra "..." que acabas de usar?
  • Si una cosa es un "...", ¿cuáles son sus características principales?
  • ¿Qué entiendes por "..."?
6. Conseguir que el participante detecte los presupuestos de sus afirmaciones y razonamientos:
  • ¿No estás dando por supuesto que ...?
  • ¿Lo que acabas de decir está basado en la creencia de que ...?
7. Mostrar las falacias que se cometen en el desarrollo de la discusión:
8. Pedir razones:
  • ¿Cuáles son las razones en que te basas para decir eso?
  • ¿Podrías apoyar tu afirmación con un argumento?
  • ¿Por qué dices eso?
9. Solicitar al participante que explique el proceso de conocimiento que ha seguido para hacer sus afirmaciones:
  • Y eso que afirmas ¿cómo lo has llegado a saber?
  • ¿Has pensado siempre así? ¿Cómo has llegado a una afirmación como ésta?
10. Alentar el descubrimiento y análisis de alternativas a los puntos de vista expuestos:
  • ¿De qué otro modo puede verse este asunto?
  • ¿Es posible que haya otras explicaciones además de la tuya?
  •  ¿Aceptarías que fueran posibles otras creencias sobre el mismo tema?
  • Supón que alguien quisiera contradecir tu punto de vista, ¿qué podría afirmar?

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