Concepciones filosóficas sobre el ser humano

¿Qué será un humano?
¿En qué consiste el ser humano? ¿Sómos solamente un cuerpo o en él habita también un alma? ¿Nuestros sentimientos, deseos y pensamientos son actividades de una mente que rige el cerebro o basta éste para explicarlos? ¿Podemos llegar a saber lo que somos? Para orientarnos en la multitud de respuestas que intentan contestar a estas preguntas utilizaremos un esquema sencillo compuesto por tres concepciones básicas sobre el ser humano: la monista, la dualista y la emergentista. Las definiremos brevemente, añadiendo a cada una de ellas un problema al que se enfrentan.

Para la concepción monista, el ser humano está constituído por una única realidad de caracter material, el cuerpo. Los pensamientos, sentimientos y demás actividades mentales son procesos fisico-químicos o neurofisiológicos. Problema: niega la peculiaridad de los actos mentales.

Para la concepción dualista, el ser humano está consituído por una realidad material, el cuerpo, y por una realidad inmaterial de caracter extracorporal, llamada alma o mente, responsable de la dimensión psíquica o espiritual del ser humano. Problema: la dificultad para explicar la interacción entre lo físico y lo mental.

Para la concepción emergentista, el ser humano está constituído por una única realidad de caracter material, pero la materia posee una gran diversidad de propiedades que son fruto de un proceso evolutivo cuyo dinamismo llega a articularse en distintos niveles: el fisico-químico, el biológico y el mental. Problema: cómo explicar, y no sólo constatar, la emergencia de cada nivel a partir del anterior.

Con este breve esquema podemos intenar ordenar la diversas respuestas que encontramos a la pregunta por el ser humano. ¿Qué lugar ocupan en este esquema autores como Platón, Aristoteles, Demócrito, Epicuro, Boyle, Bunge, Aquino, Descartes, Eccles, Popper, Ferrater, Laín Entralgo, Zubiri? ¿Cabe valorarlas críticamente y darles una respuesta personal...?

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