En qué consiste un problema filosófico.
Los problemas filosóficos no son cuestiones a resolver de modo que desaparezcan una vez encontrada la solución. No son expresión de algo que nos falta, de modo que pueda la falta ser llenada con una teoría determinada. No son una herida que se pueda curar. Los problemas filosóficos son pautas germinales, principios generativos de formas diversas de vivir y ser. Del encuentro repetido una y otra vez con ellos y contra ellos resultan formas diversas de sentir, de pensar, de actuar, de esperar. Como un martillo golpea un yunque incandescente y de él saltan chispas, así el pensamiento golpea la matriz del problema, expresada en una pregunta, y de ello saltan creaciones, inventos, novedades, posibilidades y descubrimientos. No hay por tanto nada que resolver ni solucionar. Los problemas filosóficos se resuelven generando en ellos nuevas respuestas en las que el problema insiste. De modo que vayamos a ellos de nuevo, contentos por disfrutar de tan señalada compañía y recordando aquel refrán:
Comentarios
p.d no suspendi, pero la calificación no refleja lo que sé
El otro día nos dijo un profesor, que en realidad los exámenes, deberían hacerse con ordenador, libros y toda la información que podemos obtener a nuestro alcance. (era en el caso de Física :D ), ya que eso es lo que vamos a encontrarnos en la vida real: un mundo de datos, que debemos saber evaluar y razonar, para llegar a nuestras propias conclusiones.
Se nota que estoy en ciencias, pero esto también se puede aplicar a... filosofía, por ejemplo :). Lo que aprendemos de cada autor, en el fondo lo que nos ayuda es a ver diferentes respuestas que se han dado, no para que las memoricemos, sino para que podamos obtener una base que nos conduzca forjar nuestra propia opinión.