Diario de clase: felicidad y eternidad
Durante un largo rato, la clase de 1º ha debatido sobre una cuestión: ¿en qué consiste una buena vida? Una pregunta como ésta ha llevado al tema de la felicidad. Y el tema de la felicidad ha llevado al del tiempo. O mejor, al de "su" tiempo propio. Mientras que en el conjunto de la clase había desacuerdo sobre el contenido concreto de una buena vida, porque para unos consistía en una vida sin preocupaciones y para otros esa vida despreocupada era aburrida, propia de un pez pero no de un ser humano, parecía que todos estaban de acuerdo en lo siguiente: una buena vida es una vida feliz, pero la felicidad es pasajera, instantánea, fugitiva. Y sin embargo, cuando todo parecía ya dicho, un alumno levanta la mano y dice ¿no podrá ser que hay algo eterno acompañando a cada instante, de modo que cuando somos felices, lo descubrimos por un momento?
Con la idea maravillosa de una eternidad que acompaña al presente, siempre dispuesta a encarnarse en él, pero nunca del todo, en un tiempo singular al que llamamos felicidad, la clase llegó a su fin.
Comentarios
Tu puedes estar alegre o contento en momentos puntuales, pero si llevas una vida de la que estes orgulloso, de la que no te tengas que arrepentir de nada, por muchas veces que llores no vas a dejar de ser feliz, porque el hecho de que estes triste por la pérdida de un ser querido no significa que se haya esfumado tu felicidad.
En respuesta al comentario del 8 de Octubre:anoto la diferencia que estableces entre alegría y felicidad para tenerla en cuenta, gracias.
Cada instante de felicidad está acompañado de pequeñas cosas y personas, tanto visibles como invisibles, que hacen de ese instante algo tan especial que desearíamos que jamas llegara a su fin.
Por lo tanto, realmente a esto no lo considero felicidad como tal. Sino una forma de amarrarse a algo que nos haga un mal momento más llevadero. Si la suma de todas aquellas sensaciones de felicidad es mayor en tu día a día que las sensaciones negativas, considero esa vida como feliz. Aunque esas sensaciones negativas también forman parte de esa felicidad (si son menores), ya que es un símbolo de superación y lecciones que tú mismo vas adoptando y que te servirán para continuar con tu felicidad.
En definitiva, la felicidad es una montaña rusa, a veces eres completamente feliz y piensas que nada puede estropearlo y de repente, en cuestión de segundos caes en picado a un vacío y no sabes qué habrá en él.
Por ejemplo, nos encontramos con amigos que hace mucho que no veíamos y a los que queremos;un día estamos toda la familia junta celebrando algo,... Estos son momentos de alegría, que en verdad duran un tiempo insignificante para lo que dura nuestra vida.
Por supuesto hay que tener en cuenta que cada uno siente a su manera la felicidad, si se puede decir que es subjetiva,pero también efímera porque puede surgir en diversos momentos muy pequeños de nuestro día a día.
También hay que tener en cuenta que la felicidad se contrapone al dolor y la tristeza que determinados sucesos nos hacen sentir y muchas veces no somos conscientes de que aunque duren lo mismo parece que son mucho mas duraderos por lo que estos momentos de dolor parecen muchísimo mas largos y pesados frente a los momentos de alegría.Por ejemplo, el nacimiento de un hermano, que es un gran acontecimiento, se ve pequeño y a veces insignificante ante la muerte de un amigo, de un padre o de cualquier familiar cercano.
En conclusión ,la felicidad, que no es algo constante en nuestra vida se ve muchas veces empañada e incluso anulada por acontecimientos dolorosos e inesperados.