Podemos entender la memoria de muchas maneras, pero hoy, cuando el curso se acerca su fin, nos ocupamos de uno de sus sentidos más especiales: el de la memoria como re-cordar, es decir, como "volver a pasar por el corazón". En este sentido, rememorar no es traer al presente el recuerdo de las cosas perdidas. Es más bien el retornar de las cosas que nunca se fueron. Pasaron, pero nunca dejan de pasar. Nunca se han ido y al calor de las palabras vuelven en su modo más singular. No como objeto de la voluntad, no como algo con lo que uno puede hacer o deshacer. Más bien son ellas las que hacen en uno lo que no se sabe, lo no previsible ni anticipable. Las palabras de unos versos o de un cuento, los andares silenciosos por sendas y por caminos, o las rememoranzas, las invitan, y cuando llegan, algo ocurre, o mejor, algo va ocurriendo...Uno sueña, imagina, se alegra, se entristece, escucha, descubre, lamenta, asume,decide... En este sentido, no es uno quien tiene memoria, sino que