Una hipótesis: la filosofía, la ciencia, el arte, la religión, nacen de una experiencia común a la que responden de manera diferente. La experiencia común es la del encuentro con una alteridad irreductible que desborda expectativas, cuestiona conocimientos, pone en suspenso lo evidente y abre nuevos horizontes. En respuesta a esa experiencia la ciencia elabora conceptos, la filosofía construye ideas, la religión celebra ritos y el arte crea formas sensibles. Estas respuestas, siendo distintas las unas de las otras, no son necesariamente excluyentes. Hay formas sensibles en la celebración religiosa, ideas en el arte, conceptos en la filosofía, rituales en la ciencia, pero cada una de las respuestas acentúa aquello que le es propio.