Lo demónico en Goethe
En la medida en que la filosofía trasciende los diversos saberes con los que vamos construyendo un lugar habitable en el mundo, enfrentándolos mutuamente, descubriendo sus semejanzas, subrayando sus diferencias, obligándolos a desbordarse los unos en los otros, y a nosotros con ellos, se abre a una experiencia de la realidad en su dimensión contradictoria, unitiva, desgarradora y polémica a la que Goethe, desde su experiencia de vida, designa de modo escurridizo y fugaz con el término "demónico". Nada parece turbar al hombre que habita en la solidez de sus dogmas no cuestionados y en la supuesta evidencia de sus certezas. Pero cuando el viento sopla, ruge la tormenta y se anuncian los límites de nuestro saber y nuestro poder, lo demónico hace acto de presencia. Se trata de la Naturaleza y sobre ella escribe el autor las siguientes palabras: Creyó reconocer en la naturaleza, tanto en la viva como en la inerte, tanto en la animada como en la inanimada, algo que sólo se ma