Tiempo renaciente
La experiencia común del paso del tiempo es la de una sucesión de instantes, etapas, fases que se siguen las unas a las otras, según un orden de anterioridad y posterioridad que consideramos irreversible. El tiempo pasa, se suceden las horas, los días, los años, las vidas, las generaciones, y decimos con Homero aquello de: Cual la generacion de las hojas, asi la de los hombres. Esparce el viento las hojas por el suelo, y la selva, reverdeciendo, produce otras al llegar la primavera: de igual suerte, una generacion humana nace y otra perece. Pero esto nunca nos ha bastado. Si el tiempo sólo es sucesión y todo pasa, pasan nuestros anhelos, nuestras vidas, todo cuanto ve la luz y el olvido se adueña de todo. ¿Es ésa la última palabra sobre la naturaleza del tiempo? ¿Debemos conformarnos con ella y adaptar nuestra vida a esa verdad? No es necesario conformarse ni hay que buscar lo eterno como si acaso nos faltara. No sólo ciertos filósofos y poetas sino generaciones