Ahora que se acerca el comienzo del curso y faltan pocos días para encontrarme de nuevo en el aula dando clases de filosofía, siento la necesidad de responder a una pregunta: ¿ por qué me enamoré de la filosofía ? Comprender por qué se enamora uno es tarea difícil, si no imposible, porque enamorarse tiene mucho de encuentro imprevisto y de azar sin por qué. Un encuentro inesperado con alguien que nos asombra y nos saca de nosotros mismos hace nacer en nuestro interior el deseo de un nuevo encuentro que dé paso a otro, y a otro, en una repetición en la que no vemos el fin... En mi caso, me encontré con la filosofía durante la adolescencia y desde entonces no nos hemos separado. ¿Por qué? Respondiendo en pocas palabras: me enamoré de la filosofía porque me sentí en compañía, encontré en ella respuestas a mis preguntas y gracias a ella me sentí una persona libre. Me sentí en compañía . Al dejar atrás la infancia y entrar en la juventud, necesitaba responderme a preguntas que