Paternidad y fin del nihilismo.
Me cuenta un amigo cercano llamado Manuel qué necesitó para poder tomar la decisión de ser padre: -Necesité desprenderme de una idea oscura y trágica que había aprendido en la adolescencia y que me acompañaba insistentemente desde entonces. Para mi en aquel tiempo esa idea era la realidad, y le quitaba todo sentido al empeño de ser padre -y a todo lo demás. La idea era ésta: nacemos para morir. Eso era todo. Esa oscura idea aprisionaba mi garganta sin dejarme respirar. Cuando los amores con los que me encontraba me decían "¿por qué no tenemos un hijo?", yo sentía alegría pero también una profunda tristeza por aquella idea terrible que amenazaba con ahogarme. ¿Para qué traer a alguien al mundo si al final había de morir? -Pero al final decidiste ser padre ¿verdad? -Sí. -¿Y por qué, si nacemos para morir? -Por que no es la verdad, o al menos no es toda la verdad. -¿Y cuál es la verdad? -La verdad es que no somos seres para la muerte, sino seres para la recr