El tiempo no pasa sin quedar
En los días previos a la celebración de la Navidad y el Fin de Año escucho a muchas personas, normalmente mayores, contar lo rápido que pasa el tiempo. Hace nada, dicen, estaban celebrando la pasada Navidad y de repente ya está aquí de nuevo. Otra vez los turrones, los polvorones, las campanadas, las uvas. Hace nada, recuerdan, éramos niños cantando villancicos y jugando alrededor del Belén y ahora... Con sorpresa, con resignación o con ambas cosas, sus miradas y sus palabras reconocen cómo, sin apenas darnos cuenta, el tiempo pasa. Y tienen razón, desde luego. El tiempo pasa. Pero lo que no cuentan esas historias es que, además de pasar, el tiempo también queda, así que unamos a sus historias sobre el pasar del tiempo la nuestra sobre su quedar. Para poder hacerlo, hemos de preguntarnos a qué se refiere la expresión “el tiempo pasa”. ¿Qué queremos decir con ella? Decimos “el tiempo pasa” cuando sentimos una diferencia entre aquel que somos y aquel que hemos sido. Esa dife