Llegar a ser alguien
Érase una vez, hace mucho tiempo, un modesto carpintero llamado Jesús que vivía en el pueblo de Nazareth. Nazareth era una pobre y pequeña aldea olvidada en un extremo lejano del Imperio Romano, tan insignificante como lo eran sus habitantes. Jesús no destacaba entre ellos por su riqueza, por ser un gran carpintero o por su papel en la comunidad. Él sentía que allí, perdido en aquel rincón olvidado del mundo, no era nadie. Pero quería ser alguien, así que pensó cómo lograrlo y eligió estudiar para ser rabí, maestro. Si quería ser alguien como aquellos hombres sabios debería aprender a leer y a escribir, debería estudiar lenguas y los textos sagrados, y así lo hizo. Se dedico a ello con tesón y esfuerzo, ocupando en la tarea todo su tiempo. Los niños de Nazareth con los que antes jugaba querían acercarse a él, pero él, pasados unos minutos, los dejaba para volver a sus estudios y llegar a ser alguien. Una vez, cuando caminaba apresurado hacia Jerusalén para conseguir un