Que las cosas tienen sombra significa que su realidad no se agota en su presencia, en las notas o características que muestran en un presente determinado. La razón es que las cosas no están dadas de una vez, sino que se van dando, se van mostrando y apareciendo, se van revelando, lo que significa que no lo están del todo ni de una vez, es decir, que tienen sombra. Porque las cosas tienen sombra, tienen profundidad y hondura, guardan siempre algo desconocido y su presencia, en definitiva, se encuentra entregada a lo que no se sabe. Hacerse cargo de la realidad de las cosas es, por tanto, hacerse cargo también de sus sombras. Y es muy conveniente hacerlo así porque cuando se niegan las sombras, éstas reclaman su realidad y retornan de modo siniestro. Los siguientes textos nos ayudan a hacernos cargo de la realidad de las cosas y sus sombras. El primero, de Robert Louis Stevenson nos enseña a jugar con ellas. El segundo, de Miguel Hernández, nos enseña a responder a su fecundidad. El...