"El que sólo busca la salida no entiende el laberinto, y, aunque la encuentre saldrá sin haberlo entendido".
José Bergamín
Libertad de expresión
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La libertad de expresión es limitada en muchos lugares de nuestro mundo de diversas maneras. Por ejemplo, a través de internet y el correo electrónico. Si quieres saber cómo, pulsa sobre este video de Amnistía internacional.
Los problemas filosóficos no son cuestiones a resolver de modo que desaparezcan una vez encontrada la solución. No son expresión de algo que nos falta, de modo que pueda la falta ser llenada con una teoría determinada. No son una herida que se pueda curar. Los problemas filosóficos son pautas germinales, principios generativos de formas diversas de vivir y ser. Del encuentro repetido una y otra vez con ellos y contra ellos resultan formas diversas de sentir, de pensar, de actuar, de esperar. Como un martillo golpea un yunque incandescente y de él saltan chispas, así el pensamiento golpea la matriz del problema, expresada en una pregunta, y de ello saltan creaciones, inventos, novedades, posibilidades y descubrimientos. No hay por tanto nada que resolver ni solucionar. Los problemas filosóficos se resuelven generando en ellos nuevas respuestas en las que el problema insiste. De modo que vayamos a ellos de nuevo, contentos por disfrutar de tan señalada compañía y recordando aquel refrán:
¿Existe algún ejemplo de verdad indudable? Cuando esta cuestión se plantea en el aula, tras unos segundos de silencio, siempre aparecen algunas respuestas entre las cuales destaca la siguiente: es una verdad indudable que 1+1 son 2 . Sin embargo... no es cierto. Carecemos de competencia técnica, pero nos atrevemos a afirmarlo por las siguientes razones: La notación "1+1=2" es correcta cuando la referimos a la aritmética , pero no lo es si operamos, por ejemplo, con números binarios. En el caso del sistema binario , 1+1 es 10. En el álgebra de Boole , 1+1 es 1. En la aplicación del álgebra de Boole al diseño electrónico se da el resultado anterior. Si enseñamos a un niño que al sumar un objeto a otro tenemos dos objetos, podemos entender, en consecuencia, que un "1" sumado a otro "1" son "11". 1+1=11 Y hay más ejemplos (¿conoces algunos?) En conclusión: 1+1 no siempre son 2 (luego... otro mundo es posible).
Una persona entra en una ferretería, pregunta el precio del objeto que quiere comprar y le contestan lo siguiente: -Si quiere uno le costará 6 euros. Si quiere once le costarán 12. Si quiere ciento once le costarán 18 . ¿Qué objetos quiere comprar en la ferretería?
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http://www.vimeo.com/channel7556
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